Alerta roja: el peligro oculto detrás de los códigos QR en lugares públicos

Los códigos QR, esos pequeños cuadros pixelados que encontramos en espacios públicos, se han convertido en una herramienta para que los ciberdelincuentes roben grandes sumas de dinero de las cuentas bancarias de las víctimas.

Estos códigos, que son comunes en restaurantes y estacionamientos, son escaneados diariamente por personas que ignoran el riesgo de estafas.

Un caso reciente ocurrió en España, donde una mujer perdió más de 1.000 euros tras escanear un código QR falso en un aparcamiento.Esta nueva modalidad de fraude, conocida como la “estafa de los parkings”, consiste en que los delincuentes colocan códigos QR falsos que simulan ser legítimos. Al escanear el código, la víctima es dirigida a una página web que imita a la de la compañía Payzone Parking, donde ingresa sus datos bancarios sin sospechar la trampa.

Los ciberdelincuentes emplean este método para robar información personal y realizar transacciones fraudulentas. Al igual que en las estafas de phishing, el ‘quishing’ redirige a las víctimas a sitios maliciosos a través de códigos QR falsos.

Para evitar caer en estas trampas, es fundamental verificar que el código QR provenga de una fuente confiable y no escanear códigos que parezcan sospechosos. Además, existen aplicaciones que permiten comprobar la seguridad del enlace antes de abrirlo. Si se recibe un código QR inesperado, es mejor no escanearlo, ya que los estafadores suelen utilizar este método para atraer a sus víctimas.