La vez que Paul McCartney negó los rumores que lo daban por muerto
Escrito por LA ROCK N POP el 25 de abril de 2022
La teoría conspirativa de que Paul McCartney murió hace años y fue reemplazado con un doble alcanzó unas dimensiones de tal magnitud que el propio cantante tuvo que salir a desmentirla hace 53 años.
Esta teoría conspirativa fue tomando fuerza a medida que grupos de fanáticos veían signos en las canciones, en las fotografías o en las portadas que, según afirmaban, eran pistas que la banda iba dejando a modo de acertijo. La mayoría carecían de sentido o ni siquiera fueron confirmadas, pero el tema creció más de lo que se esperaba en un principio.
El origen del bulo se remonta al 12 de octubre de 1969 cuando un hombre llamó a Russ Gibb, DJ de la emisora WKNR-FM, le anunció que McCartney había muerto y le sugirió al locutor que reprodujese «Revolution 9» en sentido inverso como prueba de sus afirmaciones. Al hacerlo, Russ escuchó la frase «Turn me on, dead man».
Según esta teoría, los tres Beatles restantes, con el apoyo del sello discográfico con el que entonces trabajaban, sometieron a William Shears Campbell, conocido como Bill Shears, a una cirugía y le enseñaron a comportarse como McCartney, así como a tocar la guitarra y componer melodías.
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NO ESTABA MUERTO, ESTABA EN ESCOCIA
El ex-beatle se encontraba con su familia en la emblemática granja de Campbeltown, Escocia, donde McCartney estaba preparando su primer álbum como solista que certificaría la separación oficial de la banda.
Así lo contó el 24 de abril de 1969, en una entrevista con la revista Life, en la que trató de cerrar esta extraña y rocambolesca historia.
“Quizá el rumor empezó porque últimamente no he estado en las noticias», dijo. Para Paul, esos rumores eran irrelevantes y un intento por invadir su privacidad.
Sus palabras aplacaron algo los rumores, pero la leyenda ya era incontrolable y no dejaría de perseguirle.
En 2010, la leyenda volvió a reavivarse tras la publicación de estudios antropométricos publicados para la revista Wired, en los cuales se concluía que las imágenes de los rostros de McCartney en los años 1966 y 1967 corresponderían a dos personas distintas.