Por primera vez, la ceremonia de apertura se llevó a cabo en diversos rincones icónicos de la ciudad anfitriona, París. Antes del evento, los rumores sobre los artistas que actuarían se centraron en Lady Gaga y Céline Dion, quienes fueron vistas en las calles de la capital francesa. El resultado fueron dos actuaciones que quedarán grabadas no solo en la historia de los Juegos Olímpicos, sino en la de la música.
La Lady Gaga más parisina
El pasado viernes a las 19:30, la ceremonia inaugural comenzó con Lady Gaga dando la bienvenida en perfecto francés con un “Bon soir, bienvenue à Paris” (“Buenas tardes, bienvenidos a París”). Desde una escalera dorada a orillas del río Sena, y con plumas como elemento dominante, apareció vestida con un mono negro y una cola interminable de plumas rosas y negras, evocando la imagen de un cisne.
Al ritmo de Liza Minnelli en Cabaret, la cantante interpretó una versión de la canción de 1965 de Zizi Jeanmarie, Mon trac en plumes. Según explicó en sus redes sociales, la canción “honra al pueblo francés y su impresionante historia en el arte, la música y el teatro”. Con el capítulo titulado ‘La vie en rose’, la intérprete de Bad Romance ofreció una actuación deslumbrante, bailando y tocando el piano, acompañada de un equipo de bailarines muy entregado.
La emoción de Céline Dion
La ceremonia concluyó con un broche de oro, con Céline Dion cerrando casi cuatro horas de espectáculos y sorpresas. Subida en la Torre Eiffel y con la lluvia complementando las luces de la ciudad, la canadiense ofreció una versión acústica profundamente emotiva de L’hymne à l’amour, de Édith Piaf. Fue su regreso a los escenarios tras cuatro años de ausencia debido al Síndrome de la Persona Rígida, un trastorno neuromuscular que causa rigidez y espasmos.
Esta actuación marcó un avance significativo en la carrera de la Reina de las Baladas. En un reciente documental, Dion compartió los desafíos que enfrentó para recuperar su voz. Gracias a su arduo trabajo, logró una interpretación conmovedora que dejó una impresión duradera. Al día siguiente, los parisinos la agradecieron en las calles, diciendo “Gracias, Céline”.
Ambas actuaciones han sido un regreso triunfal para estas dos grandes estrellas de la música, y no podrían haber elegido un escenario más adecuado que los Juegos Olímpicos para hacer su reaparición.