Dirigido por Mary Lamberty, y con Madonna vestida como una mezcla de virgen y «pecadora«, el video causó controversia inmediata.
Los elementos religiosos del video, como las imágenes de cruces en llamas y la aparición de un santo afroamericano, fueron vistos como blasfemos por algunos sectores conservadores y religiosos.
A pesar de las críticas, Like a Prayer se convirtió en uno de los mayores éxitos de Madonna, alcanzando el número uno en las listas de Billboard y ganando un premio MTV Video Music Award en 1989.
El video incluía escenas que sugerían sexo y religión, lo que resultó en la cancelación de un contrato publicitario con Pepsi, quien había utilizado la canción en uno de sus comerciales.
La producción audiovisual también provocó la condena del Vaticano y generó una gran controversia en todo el mundo.
Pero a pesar de las críticas, Like a Prayer se convirtió en un gran éxito comercial y llegó a lo más alto de las listas de éxitos en todo el mundo.
La canción se mantiene como una de las más populares y exitosas de Madonna, y su video se considera como uno de los más influyentes e icónicos de la historia del pop.
Compuesta y producida por Madonna y Patrick Leonard, Like a Prayer supuso un enfoque más personal y artístico en la obra de la cantante, quien creía que su música necesitaba atraer a un público más adulto.
El éxito de Like a Prayer
El tema principal se refiere a una joven apasionada y enamorada de Dios, el cual se convierte en la única figura masculina en su vida.
De género pop rock, incorpora música góspel así como un coro y una guitarra de rock.
Madonna introdujo textos litúrgicos en la letra, pero cambió el contexto para que tuviera un doble sentido.
Fue aclamada por la crítica y varios medios de comunicación la escogieron como la más destacada de la artista.
Asimismo, se incluyó en diferentes listas de las mejores canciones de todos los tiempos, tales como en Rolling Stone, Blender y NME, entre otras.