Windows 10 llega a su fin: cómo prepararte para la transición

Con el fin del soporte para Windows 10 en octubre de 2025, Microsoft marca un punto de inflexión para el mercado de PC.

Actualmente, Windows 10 domina entre el 50% y 66% del mercado global, lo que significa que millones de dispositivos quedarán sin actualizaciones de seguridad, afectando principalmente a equipos fabricados antes de 2018.

Opciones limitadas para los usuarios de Windows 10

Los usuarios tendrán pocas alternativas frente a esta transición:

• Programa ESU: Microsoft ofrecerá Actualizaciones de Seguridad Extendidas por $30 anuales para usuarios domésticos y costos mayores para empresas. Sin embargo, esto solo extiende el soporte un año para particulares y hasta tres para organizaciones.
• Actualizar a Windows 11: Aunque es posible instalar Windows 11 en equipos incompatibles, no cuenta con soporte oficial.
• Cambiar de sistema operativo: Alternativas como Linux están ganando popularidad, reflejando un creciente interés en opciones fuera del ecosistema Windows.

Windows 11 y el hardware moderno

Microsoft defiende esta transición resaltando los beneficios del hardware actual, que incluye:

• Procesadores con NPU para IA.
• Pantallas de alta calidad.
• Mayor duración de batería.

Estas mejoras no están disponibles en la mayoría de equipos sin soporte, lo que justifica la presión de la compañía para actualizar.

Impacto en usuarios y empresas

La decisión de Microsoft genera incertidumbre en el mercado:

• Usuarios domésticos: Enfrentan el dilema de comprar nuevos equipos o seguir con sistemas sin soporte.
• Empresas: La necesidad de renovar grandes flotas de equipos podría tener un fuerte impacto financiero, especialmente debido al aumento progresivo de costos del programa ESU.

Movimientos en el mercado

La transición está impulsando cambios interesantes, como el crecimiento de Linux en plataformas como Steam. Esto refleja una búsqueda activa de soluciones por parte de usuarios que no desean depender de Microsoft para futuras actualizaciones.

Con menos de dos años para adaptarse, la transición a Windows 11 se perfila como un desafío significativo para usuarios y organizaciones a nivel global.